jueves, 4 de septiembre de 2014

LA MUERTE EN LA NATURALEZA




POST RESUBIDO. GRACIAS A LOS ESFUERZOS DE BLOGSPOT POR BORRAR COSAS UTILES.


Tal como puede dar fe cualquiera que haya llorado inconsolablemente la muerte de un ser querido, un luto prolongado es, en parte, un tipo perverso de optimismo. Se piensa que, seguramente, este dolor insondable e inalterado tendrá un resultado. Sin duda, si lo mantengo durante tiempo suficiente, la persona dejará de estar muerta.

Hace poco, los medios noticiosos de Europa e Internet se vieron inundados con conmovedoras fotografías de Gana, una gorila de 11 años en el Zoológico Münster, en Alemania, que cargaba el cuerpo de Claudio (su cría muerta) y fruncía los labios en dirección a sus dedos sin vida. Claudio falleció a los 3 meses de edad de un aparente defecto cardíaco y, durante días, Gana se negó a entregarle su cadáver a los cuidadores del zoológico. Los gorilas, y probablemente también muchos otros animales, comprenden su mortalidad.

Los primatólogos, de hecho, saben esto: entre casi todas las especies de simios y monos en sus hábitats naturales, una madre reaccionará a la muerte de su cría tal como lo hizo Gana. Durante días o semanas, llevará al cadáver con ella a todos lados y peleará contra cualquier cosa que amenace con arrebatárselo. Sólo gradualmente permitirá la distancia.

Sí, nos parecemos mucho a otros primates, particularmente a los grandes simios, con quienes tenemos más de 98% de genes en común. No obstante, las muestras de aparente pesar maternal, como la de Gana, podrían no revelar tanto sobre nuestra conciencia de la muerte, sino sobre nuestro impulso de actuar como si ésta no existiera.

La primatóloga Sarah Hrdy dijo que tenía sentido adaptativo que una primate se aferre a su cría inerte: “Si la cría no estuviera muerta, sino temporalmente en coma, debido a que estaba enferma o haya caído de un árbol, podría resucitar”.

Michael Wilson, profesor asistente de Antropología en la Universidad de Minnesota, dijo que los chimpancés eran “muy diferentes en términos de lo que comprenden sobre la muerte y la diferencia entre vivos y muertos”. Una madre intentará amamantar a su cría muerta para revivirla, indicó Wilson, “pero cuando la cría está bastante descompuesta, la cargará sólo de una pierna o se la colgará por la espalda con indiferencia”.

Los investigadores han determinado que los elefantes se merecen su reputación como seres excepcionalmente inteligentes en relación a la muerte. Karen McComb, de la Universidad de Sussex, en Inglaterra, y sus colegas descubrieron que cuando se les presentaba una serie de huesos y otros objetos naturales, dedicaban más tiempo a explorar los cráneos y colmillos de los elefantes. George Wittemyer, de la Universidad Estatal de Colorado, y su equipo describieron las reacciones de diferentes elefantes ante la muerte de una de sus matriarcas: “Una hembra vigilaba el cadáver, mientras se mecía. Otros levantaban sus patas por encima de la cabeza del cadáver o tocaban los colmillos de la muerta con los suyos. Solían mostrar esos comportamientos y luego se iban”.
Le decían adiós, o tal vez, le pedían que por favor regresara.

Natalie Angier

Mas sobre la muerte en el mundo animal aqui:

http://ioniandolphinproject.org/wp-content/uploads/2013/06/0713062.pdf

En los tiempos de la censura de todo lo Taonado